Aldo Álvarez Tostado: Más allá del diseño utilitario

Curioso, intuitivo y profundamente conectado con los materiales, Aldo Álvarez Tostado ha hecho de “Piedrafuego” un laboratorio creativo donde convergen diseño, arte y artesanía.

Por Jessica Servín Castillo
10 de septiembre 2025

Fundador y director del estudio “Piedrafego”, curioso y en constante búsqueda por saber hasta dónde un material puede llegar a su propósito final, Aldo, nos cuenta sobre su proceso creativo y su influencia que hoy lo colocan como una de las promesas nacionales del diseño industrial.

Aldo Álvarez Tostado ha transitado de la arquitectura al diseño y del diseño al arte. Su trabajo y esa relación constante con el color, las texturas y los materiales en su obra lo convierten en un explorador deseoso por llevar la identidad de su país a museos y galerías de México y el mundo.

“Soy de San Pancho, Nayarit. Decido estudiar arquitectura en Guadalajara y poner un estudio junto con otros compañeros y es ahí donde empiezo a relacionarme mucho con la madera, la herrería y la carpintería. Más tarde decido abrir el taller de “Piedrafuego” (2013), donde hacemos piezas de diseño utilitario, objetos pequeños. Mi interés es conocer estos materiales y técnicas de producción artesanal muy arraigados en la región. Guadalajara tiene una gran tradición como productor de artesanía”.

¿En qué momento te das cuenta de que debes hacer esa transición al arte?

En 2017 empieza a trabajar con piezas que no necesaria- mente cumplen una fusión, pero sí tiene una carga simbólica. Hace unos meses, por ejemplo, presenté una silla de montar que tenía unos patrones grabados y que hablaba sobre la masculinidad y los “patrones de ligue” que seguimos a través de las aplicaciones de cita. O sea, me gusta ir más allá de la simple pieza, en este caso la silla de montar.

¿Cuéntanos sobre “Piedrafuego” y cómo es el trabajar con estos talleres de artesanos?

Trabajo con los mismos talleres desde que empecé. Entiendo sus procesos y cómo es tener una relación sana y productiva con ellos. Más que el impulso de producir cosas, me interesa hacerlas bien y que esa producción sea sostenible. Por ejemplo, el primer taller con el que trabajé y sigo es el de don Nacho García, en San Lucas Evangelista, que se llama “Piedra Volcánica”. Desde niño tuve una fascinación por los molcajetes y la piedra volcánica, ese material que se expulsa de la tierra de manera dramática, incandescente, luminosa, que luego se solidifica. De hecho, “Piedrafuego” se llama así por el basalto.

¿Qué te inspira a hacer una pieza?

No estoy del lado de resolver una necesidad, sino de ver un material y entender qué puedo hacer con él. Tengo un afán más de escultor que de diseñador. Resolver el problema no es mi motivación.

¿Tu trabajo o proyectos siguen una tendencia?

Trato de que no sea así, sino de plantear nuevas preguntas. Hay una canción de Frank Ocean que se llama “Nikes” y que dice: “vamos a ver el futuro antes…”, esa línea me gusta mucho, o sea, anticiparte.

¿Cómo crees que debe ser las piezas decorativas?

Atemporales para que puedan funcionar en cualquier momento o situación. En “Piedrafuego” hay elementos muy básicos como los especieros o las macetas que remiten al pasado y tienen la posibilidad de pensar que se convertirán en ruinas, no por la forma sino por la textura y material con el que están hechos.

@alvareztostado

Sobre el autor:
Jessica Servín Castillo
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