Huicholes: artesanía de corazón

Más que arte, es una manifestación espiritual. Los huicholes llevan más de un siglo habitando la Sierra Occidental, y cada pieza que crean es una ofrenda al orden cósmico. En este viaje a su mundo, descubrimos cómo su cosmovisión se entrelaza con cuentas, hilos y símbolos sagrados.

Por Jessica Servín Castillo
10 de septiembre 2025

Hace más de un siglo que habitan la Sierra Occidental. El sol es su ángel protector, quien los guía durante 40 días para alcanzar la iluminación de su vida. Este es su arte.

Quizá sea la manera en que te miran o las figuritas que tejen en sus pulseras, una protección, dicen. Los huicholes no hacen nada si no tienen un motivo y el primer acercamiento que se puede tener con ellos es el del respeto. “Pampariusi”, dice una niña cuando le compro unos aretes de chaquira. “Qué me dijiste”, le pregunto y sonríe para esconderse tras la falda de su madre, una hermosa enagua tejida a mano cuyo significado es mágico, con motivos de animales y platas, “todo lo que sucede en este pedazo de tela sucede en la vida real”, me explica Norma y sigue su conversación traduciendo lo que la niña me dijo: “quiere decir gracias en lengua huichol”.

ORIGEN MÍSTICO

Estamos a unos kilómetros de la playa, en San Blas y no es inexplicable que esta etnia se mezcle entre los turistas, Puerto Vallarta (en Jalisco) y Nayarit, también son territorio wixarika, el nombre etnónimo que se les dio a los huicholes. Según su historia geográfica, la barranca de Bolaños, en Nayarit, es el lugar que los vio nacer.

Collares, animales, máscaras y hasta murales han sido reconocidos en todo el mundo gracias a Mariano Valadez, artesano huichol de la región de Santiago Ixcuintla, en Nayarit. Lo hace porque es parte de su cultura. Sus tablas huicholas han estado expuestas en San Antonio y en el Museum of Natural History de Nueva York.

Le gusta tejer estambre y ayudar a las mujeres a bordar el traje huichol. “Imaginación es una de las primeras cosas que hay que tener para hacer este trabajo”, dice Mariano. El siguiente paso es el colorido -se llega a utilizar más de 50 tonos diferentes- y el balance escénico de lo que haces, “pero ante todo hacerlo con corazón”, continúa Valadez.

Hacer cada pieza, va más allá de lo comercial, “pensamos que el hombre debe colaborar con las deidades para mantener el orden cósmico”. Y es que, desde hace 60 años, todo lo que plasma don Mariano son códices de la simbología religiosa del mundo huichol.

“Si me pides que te explique cómo nace o quién dijo que un águila se dibujaba de esta forma, es difícil de responder. Las creaciones se basan en lo que nos enseñan de niños, el orden debe estar ligado a la naturaleza y al hombre, esa es la relación simbiótica que impregna todos los aspectos de nuestra vida y mitología“, me explica.

Los motivos más populares que se pueden observar en los collares, aretes y pulseras son las plantas, animales y escenas de sus celebraciones.

Dice don Mariano que una de sus tablas más populares entre los extranjeros es una donde se ve cuando es sacrificado el venado para la ceremonia, en ella el chamán tiene la obligación del sacrificio para pagar su manda a los demás, ya que junto con su familia hacen la fiesta y llevan las ofrendas a la cueva sagrada donde el espíritu de los dioses baja.

“Todo eso lo he plasmado, la cueva, la ofrenda, cada detalle”. Entonces, ¿podemos definir que el huichol es un artesano místico? Y don Mariano me responde que sí, para después darme un consejo: “cuando estés a punto de comprarle a un huichol una artesanía, pídele que te haga una, verás que te obsequiará un Dios, una especie de ángel protector”...


Sobre el autor:
Jessica Servín Castillo
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