La revolución del taco también se está cocinando en otros frentes. Hoy, una nueva generación de chefs ha retomado el taco como forma de arte y discurso gastronómico. Por ejemplo, Maizajo, ubicado en la Condesa, donde el protagonista es el maíz criollo. Aquí se nixtamaliza, se muele y se transforma en tortillas que saben a campo, a raíz, a tierra fértil. Cada taco está pensado como un platillo completo. Los hay de rib eye, hongos silvestres o longaniza artesanal. Acompáñelo con mezcal.
Otro lugar es Siembra Taquería, en Polanco, donde todo gira alrededor del maíz de temporada. Su taco de tuétano con fideos es una joya, y el de jaiba azul con emulsión de chile güero es una muestra de cómo el taco también puede ser alta cocina sin perder su alma.
Así que no tema a los puestos callejeros. Muchos de los mejores tacos de tu vida no tendrán menú, ni mesero, ni mesa. Tendrán solo salsa picante, una sonrisa sincera y una tortilla caliente. Luego fíjate bien cómo el taquero corta la carne, como si fuera un samurái del suadero, y cómo las personas comienzan a formarse e para esperar su turno y pedir sus tacos con o sin cebolla. Ahí, en ese momento, serás parte de la ciudad.
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